Viajar en Subte, el Metro de Buenos Aires

Subtes de Buenos Aires

En la ciudad de Buenos Aires, la oferta en materia de servicios de transporte público incluye el autobús y el Subte. Así es como se llama localmente al servicio de Metro, ya que el nombre surge del apócope de “subterráneo”.

La mayoría de los porteños, habitantes de la ciudad, así como quienes trabajan en la capital argentina y deben trasladarse dentro de su territorio, suelen preferir siempre el Subte, en caso de que haya una línea disponible para realizar el recorrido necesario. Lo cierto es que el subte es más veloz que el autobús (llamado “colectivo” en Buenos Aires), e incluso que los vehículos particulares, ya que sus líneas bajo tierra no conocen de demoras en el tránsito ni de calles obstruidas por manifestaciones sociales o políticas.

Muchas de las estaciones de las seis líneas de subte que operan actualmente en la ciudad están ubicadas en sitios de gran interés turístico, por lo que es recomendable para el viajero tener en cuenta este medio de transporte a la hora de moverse en la ciudad. Nada menos que 60 kilómetros de redes subterráneas surcan Buenos Aires, uniendo puntos muy distantes de su territorio.

En 1913, la Ciudad de Buenos Aires se convirtió en la primera en toda Latinoamérica en contar con un servicio de trenes subterráneos, cuando se inauguró la primera línea de lo que sería un proyecto colosal que continúa en expansión hasta nuestros días.

Aquella mítica línea es hoy la Línea A, y sus estaciones más antiguas son verdaderos lugares históricos para visitar. Esta línea une actualmente la famosa Plaza de Mayo, corriendo siempre bajo la avenida Rivadavia hasta su intersección con la avenida Carabobo, en el barrio de Flores. Se la identifica con el color celeste, y a lo largo de sus 16 estaciones destacan para el turismo la de Plaza Miserere y todo el recorrido entre la estación Congreso y la Terminal en Plaza de Mayo, ya que permite visitar sitios históricos de Avenida de Mayo y la famosa calle peatonal Florida.

La Línea B, por su parte, une las estaciones de Leandro N. Alem, en las proximidades de la Casa Rosada (y, por tanto, de la estación Terminal Plaza de Mayo de la línea A) y Los Incas-Parque Chas. Se desplaza bajo la avenida Corrientes durante buena parte de su recorrido.

La Línea D se extiende desde la Catedral de Buenos Aires (Estación Catedral), cerca también de la Casa Rosada, hasta el barrio de Belgrano (Estación Congreso de Tucumán), casi llegando al límite con el partido de San Isidro. Es de gran interés el tramo medio de su recorrido, ya que incluye estaciones en Plaza Italia, el barrio de Palermo, el Shopping de Palermo, el Zoo de Buenos Aires y otras atracciones turísticas.

La Línea E, la más meridional de todas, se dirige desde la Estación Bolívar, cerca de la Plaza de Mayo (como veis, las cuatro líneas que corren de este a oeste de la ciudad, tienen inicio aquí), hasta la Estación Plaza de los Virreyes, en la intersección de la Autopista 25 de Mayo y la Avenida Lafuente, en el barrio de Flores.

La Línea C y la Línea H, por su parte, atraviesan la ciudad de norte a sur, por lo que permiten realizar combinaciones con las otras cuatro líneas de subte en distintos puntos de su recorrido. La Línea C une los barrios de Retiro con Constitución, conectando así dos importantes estaciones de tren que viajan entre la Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires. La Línea H, la más nueva de todas ellas, une actualmente a la Avenida Corrientes, en su intersección con la avenida Pueyrredón, con el barrio de Parque Patricios.

Las Línas A, B, E y H son parte de un proyecto de extensión de las redes de subte, por lo que es esperable que en los próximos años faciliten aun más el traslado en la ciudad.

Foto vía: Armando Maynez

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