La historia del barrio de Olivos
La Avenida General Paz marca una frontera visible entre la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, no sólo un límite geográfico sino también uno que se advierte al abandonar las calles porteñas y cruzar hacia Olivos, una localidad situada en el Partido de Vicente López, conformada por calles arboladas y cuidados chalets de estilo.
El sello de la inmigración está presente en este barrio en el que hoy sobreviven algunas casas con tejados y techo a dos aguas, por lo general pintadas de blanco, algunas con sus postigones originales en las ventanas. Son las mismas que conviven con los grandes chalets y las casonas con piscinas y jardines arbolados que dominan el paisaje de la zona norte del Gran Buenos Aires.
Olivos nació en forma oficial en 1770 como «Paraje de los Olivos» aunque por entonces ya habitaban la zona muchos campesinos que se habían instalado allí previamente. Sin embargo, no fue sino hasta comienzos del siglo XIX cuando la zona cobra dinamismo.
Por entonces, se necesitaban nuevas zonas de cultivos en Buenos Aires y comenzaron a promocionarse lugares alternativos. Así crecieron numerosas quintas que pertenecían a distintos emprendedores. Uno de ellos fue Hermán Tauxillewitz de Winnberg quien junto a su pareja María Vicent le dieron impulso a la zona. Estos inmigrantes polacos compraron tierras allí y luego se ocuparon de urbanizarlas, trazando calles y fundando una plaza. Así nació el pueblo que por entonces se llamó «General Mitre» o «Mitre de los Olivos» aunque fue conocido sencillamente como «Olivos».
Fueron los inmigrantes italianos quienes encontraron en el pueblo un lugar para vivir y entonces se instalaron en sus pequeñas quintas. La primera escuela nació en 1867 y mayor impulso aún provocó la estación de ferrocarril Bartolomé Mitre, inaugurada en 1891 y perteneciente al Ferrocarril Buenos Aires a Rosario.
En 1888 se aprobó una ley para la creación del Juzgado Administrativo de Olivos y en 1897 se creó la Iglesia Jesús en el Huerto de losOlivos, una hermosa basílica que aún está en pie y es uno de los símbolos del barrio. Ya en 1905 se estableció que Olivos era la cabecera del Partido de Vicente López y así fue como el barrio continúo creciendo.
Sin embargo, logró conservar su estilo tranquilo, sus calles arboladas y su encanto natural para así transformarse en una de las zonas más bonitas del conurbano bonaerense.
Foto Vía: BA Film
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