El Palacio de Aguas Corrientes

Palacio de Aguas Corrientes

La avenida Córdoba es una de las arterias de mayor tránsito de Buenos Aires. Millones de coches circulan por ella a diario y sus conductores apenas se detienen a ver las construcciones que sobre ella descansan. Sin embargo, nadie puede dejar de mirar al monumental Palacio de Aguas Corrientes, más conocido como el “edificio de aguas argentinas”.

Esta construcción ocupa una manzana y lejos está del típico estilo neoclásico de gran parte de los edificios históricos de la ciudad. Fue construido en la década de 1880 con la intención de alojar a los tanques de suministro de agua corriente en tiempos en que Buenos Aires crecía y demandaba la apertura de nuevas plantas de agua potable.

Pero en lugar de que la obra fuera sencilla y de líneas simples, el ingeniero a cargo del proyecto diseñó un edificio de envergadura que se destaca por su estilo y por la calidad de los materiales con los que fue construido, la mayor parte importados del exterior.

Fue el ingeniero civil inglés John Bateman quien llevó adelante las obras y lo sorprendente es que en lugar de elegir el tradicional estilo inglés el palacio es de estilo francés aunque presenta detalles poco habituales como su fachada de color y sus numerosos ornamentos. Contiene 12 tanques de agua y su fachada es de ladrillos esmaltados y 170 mil piezas de cerámica importada. En ella también se destacan numerosas piezas de terracota y los techos de pizarra verde.

Lejos de un edificio de agua potable convencional, quienes pensaron el proyecto buscaron que la obra además fuera un referente de la ciudad y así fue como los caños que llevaban el agua fueron dispuestos bajo tierra. Como era de esperar, el presupuesto superó lo esperado y así fue como ante la falta de fondos a mitad de camino se decidió privatizar la obra.

Fue la compañía Samuel B. Hale y Co quien continuó el trabajo junto al ingeniero sueco Carlos Nystönner y al arquitecto noruego Olor Boye, ambos empleados de la empresa constructora de Bateman. La fachada exterior estuvo a cargo de Juan B.Médici quien realizó un trabajo elocuente y transformó al edificio en un referente nacional. Hoy el Palacio de Aguas Corrientes es un Monumento Histórico Nacional y es posible visitarlo pues hay visitas guiadas que permiten conocer el interior, los planos y documentos que remiten a la obra.

Foto Vía: INA

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Categorias: Ciudad de Buenos Aires



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