Parrillas argentinas: comer asado en Buenos Aires
Si visitas la Argentina no debes dejar el país sin probar sus famosas parrillas. Se denominan así a los restaurantes dedicados a elaboración de carne al asador. El asado es el plato nacional por excelencia y para hacerlo hay que ser un experto pues no basta con elegir el mejor corte vacuno sino con la calidad del fuego, el momento en el que el asador da vuelta la carne y las achuras –morcillas, chinchulines, chorizos- elegidas para acompañar la carne.
Si bien no hay nada mejor que un asado casero, en Buenos Aires hay muchas buenas parrillas que se destacan por su calidad. No sólo ofrecen piezas de carne tierna sino que hay variedad de cortes y tipos de carnes, todos servidos a la temperatura adecuada y con la cocción perfecta.
El Desnivel es una parrilla muy popular que es muy visitada por los extranjeros pues se encuentra en el barrio de San Telmo. Durante un paseo por la plaza para descubrir objetos antiguos puedes hacer una parada en este lugar para así probar sus riquísimas mollejas, sus riñones y sus cortes de carne vacuna, pollo y cerdo. Esta parrilla está situada en Defensa 855 y hay que ir con tiempo para encontrar mesa.
La Escondida es una clásica parrilla del barrio de Belgrano. Es grande, cómoda y ofrecen buenos productos (Arcos 3200, Belgrano). Muy cerca de allí se encuentra El Pobre Luis, una parrilla que debe su nombre al maestro asador: Don Luis Acuña. Las especialidades de la casa son las mollejas enteras, los riñones y el hígado a la tela, los chotos, las pamplonas, las costillas de lomo, la tira de asado y el cordero. Siempre tiernos, siempre a punto (Arribeños 2393, Belgrano).
Lo de Charly supo ser una parrilla pequeña y barata sobre la avenida Alvarez Thomas. Sus precios fueron el foco de atracción y así fue como el local creció hasta transformarse en un referente de la zona. Hoy es un muy visitada tanto al mediodía como por las noches y además de los cortes de siempre, se ofrecen toda clase de sándwiches: choripan, morcipan, bondiola y carne. Por supuesto, siempre acompañados con patatas fritas ( Av. Alvarez Thomas 2101, Villa Ortúzar).
Otro clásico es El 22, un bodegón situado en el barrio de Villa Crespo donde se ofrecen platos abundantes en el marco de una decoración 100% porteña. (Cofre 1085, Villa Crespo).
Foto Vía: Travelpod
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