Excursiones a pie para hacer en La Cumbrecita
Lejos del ruido de Córdoba capital, La Cumbrecita parece extraída de un cuento de hadas y duendes. Este páramo de estilo alemán situado en las sierras es tranquilo, ameno, pacífico, soñado. Con un entorno como pocos y la naturaleza como mejor legado.
Pueblo fundado por inmigrantes alemanes en el corazón del valle de las Sierras Grandes de Córdoba, La Cumbrecita pronto se transformó en un centro turístico de importancia debido a su belleza y cuidado. Cada día cientos de turistas se acercan a esta localidad para disfrutar de sus bosques y sus casas de madera.
Es especial para quienes gustan del turismo al aire libre pues allí las principales actividades son las caminatas, el senderismo, las cabalgatas y la pesca. Sorprende saber que no hay bancos ni cajeros automáticos o estaciones de servicio.
El pueblo está conformado por un conjunto de senderos de tierra que atraviesan el bosque y en el que no pueden circular los coches. Las casas de estilo centroeuropeo le dan al lugar un aire propio y, debido a su singularidad, el lugar fue declarado como Reserva Natural de Uso Múltiple.
Por su condición de pueblo peatonal, las actividades físicas están a la orden del día. Los turistas tienen varias opciones para elegir.
Si se trata de caminar, es posible tomar el Paseo del Bosque para así llegar a La Capilla, emblema del pueblo, y seguir hasta La Olla y el Lago de las Truchas, donde se encuentra una cascada que termina en una piscina de agua natural. Los que están en mejor estado físico pueden optar por recorridos más exigidos como el Cementerio y la Cascada Grande, un sendero situado en la sierra que se recorre en unos 15 minutos.
Para trekkings más especializados es necesario contratar un guía pues se realizan de la mano de personas expertas en la zona. Entonces es posible hacer una excursión al Vallecito del Abedul y a la Cascada Escondida, que tiene una duración de cuatro horas. También podéis desafiar vuestras aptitudes físicas realizando el recorrido hasta Cerro Cristal y Casa Viejas o bien ascender a la cima del Cerro Wank y llegar al corazón de las Sierras Grandes.
Si cualquiera de estas opciones os parecen demasiado para vuestras humildes habilidades, siempre está la opción de quedarse en el pueblo y saborear alguna delicia local sentado en una mesa con vista a los grandes árboles que se asoman al costado del camino, entre pájaros de todos los colores y con el silencio como mejor compañía.
Foto Vía: Mapas argenguide
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