Chocolate con churros en el bar La Giralda
Son crocantes y sabrosos. En especial si se comen calientes, recién salidos del horno. Los churros son un clásico de la cocina porteña, un sabor que forma parte del paladar argentino aunque también es muy consumido en otros países.
En Argentina los churros son cortos y se elaboran con una masa elaborada con harina, agua, azúcar y sal. Una vez conformada la mezcla se introduce la masa en una manga repostera y allí se donde el churro cobra vida pues entonces se forman una larga tira de un dedo de grosor y con forma de estrella. Luego hay que cortarla en trozos para finalmente freirlos en aceite y luego espolvorearlos con azúcar. La elaboración es sencilla y el toque de distinción del churro argentino es que están rellenos con dulce de leche, aunque también está la opción de saborearlos al natural. Y luego están los que disfrutan de los churros bañados en chocolate, especial para los más golosos.
La historia cuenta que no hay nada mejor que saborear churros con chocolate caliente, en especial en algunos lugares que se han vuelto famosos gracias al sabor de sus crocantes churros. Si estáis de paso por Buenos Aires y se os antoja probar un auténtico churro argentino no debéis olvidar de este nombre: La Giralda. Se trata de un histórico bar de la ciudad que, situado en el corazón de la avenida Corrientes, deleita a los clientes casuales que se sientan en sus mesas para probar la especialidad de la casa.
El bar es sencillo, de otra época, y así es como se conserva tal y como siempre ha sido, una pequeña pincelada de esa otra Buenos Aires. La de antes. Las mesas de madera y mármol contrastan con los azulejos blancos de las paredes y con los tubos de luz blanca. Pero el aroma del chocolate aflora en el ambiente y entonces la calidez inunda el salón. La Giralda es un bar con historia, el centro de reunión de la intelectualidad porteña y de los estudiantes universitarios. El ambiente bohemio acompaña la visita y si bien ofrecen café, sándwiches y otras delicias, la especialidad de la casas sin dudas es el chocolate con churros. Más que un café, es una lechería aunque también es un lugar de culto para quienes desean transitar aquéllos lugares en donde nacieron las grandes ideas, las discusiones políticas y las auténticas “charlas de café”, tan comunes en esta ciudad donde el diálogo y el intercambio de ideas forma parte de su identidad.
Foto Vía: Me tacho la doble
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