Pueblos de La Rioja: Famatina
La Rioja es una provincia atrapante aunque algo pobre, un destino que atrae a muchos turistas del país aunque está lejos de otros grandes centros turísticos como sucede con Mendoza, Córdoba, Buenos Aires o la región patagónica. Lo cierto es que es una verdadera pena que esta provincia no tenga la oportunidad de mostrar todo su encanto, en especial porque se trata de un lugar privilegiado, con el marco de los cerros y montañas como mejores testigos del paisaje típico del noroeste argentino.
Los pueblos perdidos en medio de la nada se suceden en muchas partes del territorio riojano. Algunos de ellos han tomado mayor vuelo, como es el caso de Chilecito, mientras que otros permanecen casi detenidos en el tiempo, a la espera de que algo o alguien se atreva a alterar su pacífico estilo de vida. Una de estas localidades olvidadas es Famatina, un pueblo que está situado a 235 km de la ciudad de La Rioja y en donde viven apenas unos 6.000 habitantes que comparten la vida diaria en comunidad. Este lugar fue bautizado con ese nombre en referencia a los indios famatinas, uno de los pueblos diaguitas más importantes que habitaban la zona y se dedicaban a la explotación de las minas de oro y plata de la sierra.
Sin embargo, la historia y el crecimiento de este pueblo no estuvo ligada a estos aborígenes sino a Juan Ramírez de Velasco, gobernador de Tucumán, y a su hijo quienes con la intención de afirmar el dominio español en la zona y reafirmar el cristianismo construyeron el templo de Santo Domingo. El pueblo también creció de la minería aunque con el paso del tiempo quedó relegado y hoy quienes pasan sólo lo visitan para realizar excursiones en 4×4 a la mina La Mejicana o bien para practicar el montañismo. Pero en Famatina podemos también encontrar algunos lugares de interés como la Iglesia de San Pedro o la Plaza Vieja, situada a 6 km de la villa y donde se encuentra una ermita. A 11 km se encuentra la usina hidroeléctrica Las Gredas y también es posible conseguir una panorámica del lugar ascendiendo al Cerro de la Cruz, sin olvidar una visita a la Mina El Oro, hoy en ruinas.
Algo más lejos se encuentra el Cerro La Campanita, famoso por sus rocas negras que al ser golpeadas consiguen un sonido único que le valió el nombre a este lugar. Y muy cerca de allí podéis visitar Campanas, un lugar con casas de adobe donde descansa el Museo Acnin, con numerosas piezas arqueológicas.
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