La cárcel del fin del mundo en Ushuaia

carcel fin del mundo en Ushuaia

Es una visita obligada, quizá la más importante de todas si hablamos de recorridos culturales. Porque de alguna manera la historia de Ushuaia está íntimamente ligada a la Cárcel del Fin del Mundo, el famoso presidio que la vio crecer a la sombra del Canal de Beagle y en el punto más austral del mundo.

Hace muchos años y cuando la ciudad apenas era un poblado habitado por inmigrantes las autoridades locales decidieron construir un presidio para alojar a los presos más peligrosos del país y conservar la soberanía en zonas casi despobladas. El penal fue levantado a principios del siglo pasado y era conocida como “el penal de los Reincidentes”. Con cinco pabellones y 380 calabozos con muros de roca de 60 cm de espesor el diseño en forma de panóptico permitía controlar a los 800 convictos, algunos de ellos transformados en grandes leyendas.

Porque si hay algo que marcó el rumbo de este presidio fueron los presos que se alojaron allí. Algunos fueron grandes asesinos mientras que otros simplemente fueron apresados por sus ideas políticas. Más allá del tipo de delito, las condiciones de la cárcel eran las mismas: un uniforme a rayas, un frío extremo, golpes y ayunos a pan y agua. También trabajaban talando árboles en los bosques y es por eso que surgió el tren del fin del mundo, el ferrocarril de trocha angosta que hoy se ha transformado en paseo turístico.

En 1947 la cárcel cerró sus puertas y fue entonces cuando nació el mito. Porque transformada en museo la historia de algunos presos alimentó las características propias del presidio y desde entonces se convirtió en una de las grandes visitas de Ushuaia, al estilo Alcatraz pero en el cono sur.

Así es como los visitantes podrán ver los muros que separaban a los presos de la vida común o comprender el método de vigilancia producido por la estructura semicircular que permitía a los guardias panorámicas de 360 grados. La excursión es atractiva e invita a recorrer los angostos pasillos o cerrar las puertas de los pequeños calabozos. La mejor parte se la lleva la escenografía montada que reproduce las figuras de algunos de los presos más famosos y la forma en que tenían dispuestos sus calabozos. Los más recordados son Cayetano Santos Godino, más conocido como “El Petiso Orejudo”, quien fue apresado a los 16 años y luego de asesinar a tres chicos en 1912, Mateo Banks, un hombre que mató a su familia para heredar su fortuna o el anarquista Simón Radowitzky.

petiso orejudo en Ushuaia

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Categorias: Ushuaia



Comentarios (5)

  1. Ofelia-venezuela dice:

    Gracias a Dios que encerraron a esta lacra que mataba niños. Hoy en día hay una infinidad de lacras que hay sueltos consumen drogas,delincuentes,asesinos,y son unos verdaderos desechables d la sociedad apoyados por leyes que los amparan por ser menores de edad.Como hace falta la educación de generaciones anteriores severa y con leyes rigidez para controlar a estos bandalos

  2. Kevin Schell dice:

    Santos Godino no debió estar jamás en un penal ya que era un enfermo mental no responsable de sus actos.

  3. necesitamos saber que un apersona emferma o con dificultades para saber lo que hace no puede estar cumpliendo una condena pro q consta de dos personalidades dificil para que el entienda atte: juan colichon ramirez

  4. Hector dice:

    Sra Kevin, usted donde lo ponía al petiso orejudo, sabe todo lo que hacia, si quedaba en un hospital, seguía matando o lo llevaba a su casa…. ¿¿¿ sabe x que murió, tiro un gato con vida adentro del horno de la panadería que funcionaba dentro de la cárcel, los mismos presos lo mataron a golpes y tardo varias horas en morir….

  5. Arturo dice:

    Al petuso le hubieran aplicado la ley fuga y santo remedio.