Cafayate, en los Valles Calchaquies
Cafayate es un lugar con encantos de toda clase. Su historia, su arquitectura, su naturaleza: todo en este pueblo invita a conocerlo y a regresar. La cultura y las tradiciones permanecen fuertemente arraigadas en el espíritu de sus habitantes, y esto se hace evidente en cada esquina y en cada evento, en este maravilloso destino de Salta.
Cafayate es parte del circuito conocido como Los Valles Calchaquíes, al sur de la provincia. Los paisajes naturales son en sí mismos motivo suficiente para adentrarse por estos parajes, a disfrutar de la cercanía con la tierra y de las hermosas vistas que nos ofrece. El Cerro Santa Teresita es un punto ideal para observar los alrededores y deslumbrarse con un atardecer en el norte de la Argentina.
Otros paseos imperdibles incluyen a Los Médanos, promontorios de arena blanca que se combinan exóticamente con las fértiles tierras norteñas; la Quebrada de Cafayate, un espectáculo natural asombroso; Río Colorado, con sus cascadas cristalinas y refrescantes.
Los viñedos son unos protagonistas muy famosos. Los vinos que tienen origen aquí, rosados tintos y blancos, se elaboran en bodegas que invitan a recorrer sus instalaciones y sus cultivos, y a degustar una deliciosa copa del fruto de su trabajo. El renombre nacional e internacional de la producción hace de esta una de las visitas típicas de la ciudad.
La arquitectura colonial de Cafayate es parte de la postal. La Plaza Principal, la Catedral y el Viejo Molino de piedra son rincones mágicos que nos salen al camino mientras recorremos sus callecitas empedradas.
Más atrás en el tiempo, los diaguitas poblaban la región, y numerosos hallazgos arqueológicos nos permiten remontarnos a esas lejanas épocas. San Isidro, Yacochuga y Tolombón son las principales localidades que guardan testimonio de su vida: muros de piedra, restos de cerámica y pinturas rupestres conmovedoras nos esperan allí.
Foto Vía: Mil sabores
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